Yo ni los cuento, para que no se sientan número, son como flechas de soldado en momentos de batallas, contra el sufrimiento, la soledad y la maldita rutina. Y son notas musicales cuando a mi vida llega por sorpresa la alegría, las ganas de comerme y beberbe a grandes tragos la VIDA.
Los amigos, esos hermano que elegimos nosotros dando de lado a la genética.
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Yo ni los cuento, para que no se sientan número, son como flechas de soldado en momentos de batallas, contra el sufrimiento, la soledad y la maldita rutina.
Y son notas musicales cuando a mi vida llega por sorpresa la alegría, las ganas de comerme y beberbe a grandes tragos la VIDA.
Los amigos, esos hermano que elegimos nosotros dando de lado a la genética.
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